Las Colinas. Daniel Atienza
El documento publicado en la edición digital de Expansión el 27 de enero de 2007 nos revelaba una gran verdad. Los bienes inmobiliarios se disparan cada vez más y los jóvenes tenemos pocas posibilidades de adquirir una propiedad. No digo que sea una buena solución porque hay otras (los slots de 180.000 euros) pero si uno quiere independizarse ya casi importan más los fines que los medios. Ante tanto maquiavelismo el Ayuntamiento solo se dedica a incrementar el 10% del suelo, en vez de aumentar las facilidades de adquisición inmobiliaria. Actualmente se está dando el caso de la dualidad de padres como abuelos, ya que los hijos nos independizamos cada vez más tarde del hogar familiar. De poco valen las palabras de Oleguer, jugador del F.C Barcelona, que han hecho correr la tinta y poco más. Los okupas de Barcelona estarían mejor si él fuera Jordi Hereu; ya que hace mejor la cobertura política que la futbolística, pero ¡cuidado!, los etarras también vivirían mejor en ese caso.
Por mucho que se empeñasen en las campañas políticas catalanas (y de Fuenlabrada) en desnudarse y mostrar lo limpias que tienen las manos, deberían enseñar la suciedad de los bolsillos y escuchar más las demandas sociales. Dar prioridad a la protección oficial (que sigue siendo demasiado escasa y limitada) en vez de a la vivienda libre, es tan utópico como que dejen de recalificar los suelos. Ser okupa no es tan malo cuando promueven actividades sociales y educación; además se están formando familias y la sanidad puede estar en esos casos algo cojitranca. Si se han otorgado inmuebles a inmigrantes y gitanos ¿por qué no a los okupas?
Se siguen construyendo carreteras en zonas protegidas, industrias demasiado próximas al núcleo urbano y el defensor del pueblo y las instituciones parecen estar mirando al Olimpo. En España hay un hecho contundente; que levanten el dedo todos los Ayuntamientos que no utilicen el 10% para revalorizar el suelo; de repente, todos enmudecieron. Bueno, menos Oleguer.
Por mucho que se empeñasen en las campañas políticas catalanas (y de Fuenlabrada) en desnudarse y mostrar lo limpias que tienen las manos, deberían enseñar la suciedad de los bolsillos y escuchar más las demandas sociales. Dar prioridad a la protección oficial (que sigue siendo demasiado escasa y limitada) en vez de a la vivienda libre, es tan utópico como que dejen de recalificar los suelos. Ser okupa no es tan malo cuando promueven actividades sociales y educación; además se están formando familias y la sanidad puede estar en esos casos algo cojitranca. Si se han otorgado inmuebles a inmigrantes y gitanos ¿por qué no a los okupas?
Se siguen construyendo carreteras en zonas protegidas, industrias demasiado próximas al núcleo urbano y el defensor del pueblo y las instituciones parecen estar mirando al Olimpo. En España hay un hecho contundente; que levanten el dedo todos los Ayuntamientos que no utilicen el 10% para revalorizar el suelo; de repente, todos enmudecieron. Bueno, menos Oleguer.
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