Valencia-Almudena Martín
Un coche de carreras ecológico, bioplásticos que se disuelven en el agua, bolsas de la compra fabricadas con almidón de patata y un nuevo film biodegradable para uso en agricultura fueron las principales novedades que el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) presentó en el III Seminario Internacional sobre Plásticos Biodegradables, que tuvo el pasado mes de marzo en Valencia. Según un estudio reciente, elaborado por el Centro Tecnológico Gaiker-IK4, España se sitúa como el quinto país europeo que más residuos plásticos produce y menos recupera. Ante esta situación, los polímeros biodegradables fabricados con materia orgánica se presentan como una alternativa cada vez más real a este problema, un producto respetuoso con el medio ambiente que reduce significativamente el impacto de los residuos plásticos y que, tal como demuestra la investigación en este campo, posee un gran potencial de uso en la industria y en la vida cotidiana. «Actualmente el 10% de los plásticos que se utilizan en España son biodegradables y se prevé que, en tres años, esta cifra aumente en un 20-25%. Debemos cambiar la idea de que un producto biodegradable se estropea fácilmente. Estos materiales tienen una degradación programada que tiene lugar en vertederos “virtuales”. Por ejemplo, algunos de estos materiales orgánicos se convierten en compostaje», explica Jesús Latorre, técnico en Gestión de la Innovación de Aimplas.
Un monoplaza fabricado con vegetales
Un coche de carreras ecológico, bioplásticos que se disuelven en el agua, bolsas de la compra fabricadas con almidón de patata y un nuevo film biodegradable para uso en agricultura fueron las principales novedades que el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) presentó en el III Seminario Internacional sobre Plásticos Biodegradables, que tuvo el pasado mes de marzo en Valencia. Según un estudio reciente, elaborado por el Centro Tecnológico Gaiker-IK4, España se sitúa como el quinto país europeo que más residuos plásticos produce y menos recupera. Ante esta situación, los polímeros biodegradables fabricados con materia orgánica se presentan como una alternativa cada vez más real a este problema, un producto respetuoso con el medio ambiente que reduce significativamente el impacto de los residuos plásticos y que, tal como demuestra la investigación en este campo, posee un gran potencial de uso en la industria y en la vida cotidiana. «Actualmente el 10% de los plásticos que se utilizan en España son biodegradables y se prevé que, en tres años, esta cifra aumente en un 20-25%. Debemos cambiar la idea de que un producto biodegradable se estropea fácilmente. Estos materiales tienen una degradación programada que tiene lugar en vertederos “virtuales”. Por ejemplo, algunos de estos materiales orgánicos se convierten en compostaje», explica Jesús Latorre, técnico en Gestión de la Innovación de Aimplas.
Un monoplaza fabricado con vegetales
El proyecto estrella del seminario fue «Eco One», el primer coche de carreras no homologado fabricado en un 90 por ciento con materiales biodegradables. El prototipo, creado por un equipo de expertos de la Universidad de Warwick (Reino Unido), fue construido a partir de materiales orgánicos. De esta forma, la carrocería está fabricada con cáñamo, los neumáticos con almidón de patata, los lubricantes y las pastillas de freno con aceite vegetal y el combustible utilizado es bioetanol procedente del azúcar, con lo que las emisiones de dióxido de carbono son mínimas. La única parte mecánica es el motor. «Eco One», con una velocidad máxima de 241 kilómetros por hora y con un peso de 250 kilogramos, es capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora en 3,5 segundos. El siguiente proyecto, de similares características ecológicas, en el que está trabajando la Universidad de Warwick, es la creación de un Fórmula 3.000, un monoplaza de carreras homologado.
Bolsas de plástico biodegradables
Otra novedad en material de bioplásticos son las bolsas ecológicas fabricadas a partir de almidón de patata, trigo y maíz. Si bien una bolsa de supermercado puede tardar 100 años en desaparecer, las biodegradables lo hacen en tan sólo 90 días. El material de este novedoso producto se caracteriza por ser compostable, renovable, reciclable, incinerable y tan resistente como las bolsas de plástico sintético convencionales.
Bolsas de plástico biodegradables
Otra novedad en material de bioplásticos son las bolsas ecológicas fabricadas a partir de almidón de patata, trigo y maíz. Si bien una bolsa de supermercado puede tardar 100 años en desaparecer, las biodegradables lo hacen en tan sólo 90 días. El material de este novedoso producto se caracteriza por ser compostable, renovable, reciclable, incinerable y tan resistente como las bolsas de plástico sintético convencionales.
Otra ventaja es su degradación, la cual no genera materiales tóxicos. A pesar de tener un coste mayor, se prevé que este nuevo producto sustituya en un futuro cercano a las bolsas no biodegradables, que no siempre son reutilizadas o recicladas.
Plásticos ecológicos para la Agricultura
En el marco del proyecto Trigger, financiado por la UE y en el que participa Aimplas, un plástico 100 por cien ecológico, fabricado a partir de almidón de guisante sin modificar químicamente, se ha desarrollado para su uso en la agricultura, por ejemplo, para la fabricación de tunelillos para los invernaderos. Entre sus ventajas cabe destacar que acelerará el proceso de maduración de los productos agrícolas, aumentará la eficacia de los fertilizantes y ahorrará el agua utilizada para el riego. Ahora el agricultor podrá manipular y controlar la velocidad de degradación del film triturándolo directamente en el campo con maquinaria tradicional y desapareciendo en pocas semanas.
Plásticos ecológicos para la Agricultura
En el marco del proyecto Trigger, financiado por la UE y en el que participa Aimplas, un plástico 100 por cien ecológico, fabricado a partir de almidón de guisante sin modificar químicamente, se ha desarrollado para su uso en la agricultura, por ejemplo, para la fabricación de tunelillos para los invernaderos. Entre sus ventajas cabe destacar que acelerará el proceso de maduración de los productos agrícolas, aumentará la eficacia de los fertilizantes y ahorrará el agua utilizada para el riego. Ahora el agricultor podrá manipular y controlar la velocidad de degradación del film triturándolo directamente en el campo con maquinaria tradicional y desapareciendo en pocas semanas.


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