jueves, 10 de abril de 2008

Parlar en català

La obligación impuesta por un colegio balear a hablar en catalán a sus alumnos en el recreo abre un nuevo debate lingüístico

Madrid.Jessica Antolín Manzano
Un centro de enseñanza primaria de Palma de Mallorca obliga a que todos sus alumnos hablen en el recreo en catalán. El director del colegio asegura que es un beneficio para los alumnos pues un 12% del alumnado son extranjeros y considera que es una forma de ayudarlos a integrarse. Pero el asunto es que así se les priva a todos de la libre opción de utilizar la lengua que prefieran. Y no sólo me refiero a los alumnos extranjeros, sino también a los españoles. Si les obligan a dar las clases en catalán y también a usar esta lengua en su tiempo libre, es como si en el recreo les mandaran hacer ecuaciones para distraerse en lugar de dejarles jugar.
Si este centro opta por esta imposición, poco falta para que en Cataluña apliquen la misma consigna. Porque, aunque parezca mentira, en Cataluña – o Catalunya como ellos prefieren- aún la opción idiomática del recreo es libre.
Los padres
Pero el asunto no queda ahí, sino que influye también a la comunicación profesor-padre del alumno. Cuando los padres acuden a las reuniones con los profesores, éstos les hablan en catalán y muchos progenitores no entienden este idioma. A pesar de esto los maestros se niegan a emplear el castellano porque desde la dirección del centro se considera que debe ser el catalán la única lengua que deben utilizar los maestros para dirigirse a las familias.
Estas palabras han caído como una jarra de agua fría entre los padres porque consideran que no tienen el deber de aprender una lengua exclusivamente para interesarse por el rendimiento escolar de sus hijos.
La situación ha llegado al punto de que muchos padres conocedores del catalán actúan de traductores para los padres que desconocen el idioma.

Siglo XXI desigual
En pleno 2008 este tipo de imposiciones no debían permitirse porque lejos de ayudar a la integración de los chavales y de sus familias consigue el efecto contrario. Y no solo hablamos de personas de otros países sino de personas procedentes de otras provincias que no tienen conocimiento del catalán.
Debemos dar un toque de atención a los políticos para que tomen en cuenta estas cosas y no se olviden de ofrecer de las personas una vez que pasan las elecciones.
Esperemos también que este hecho no rebote a otras provincias donde existen también idiomas autóctonos no conocidos por el resto de la ciudadanía.

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